El
término viene del verbo griego hermeneuein y de las funciones asignadas
al dios Hermes. A este le corresponde ser el mensajero que pone en comunicación
a los dioses y, sobre todo, transmitir la voluntad de estos a los humanos. Esta
función mediadora es la que también encontramos en el corpus platónico: en el
diálogo Ion 1 a los poetas se les llama hermenes, intérpretes
de la voluntad de los dioses e intérpretes de otros rapsodas anteriores. A
diferencia del arte de la adivinación, al que acompaña un cierto estado de
delirio (mantiké), al arte de la interpretación (hermeneutiké) acompaña
una sobriedad que reclama un esclarecimiento de la verdad que se transmite. Su
función mediadora está cercana a la del /profeta como anunciador directamente
inspirado, pero se amplía también a la mediación humana. En Aristóteles, este
es-fuerzo de mediación es el esfuerzo del discurso, de la expresión, de la
argumentación, del enunciado (hermeneia). Un esfuerzo que consiste en
traducir el pensamiento en palabras; un enunciado cuya exteriorización permite
al interlocutor captar lo que la inteligencia quiere transmitir. Esta función
mediadora es la que llevó a los intérpretes de Aristóteles a agrupar sus
escritos lógico-semánticos con el nombre De interpretatione (Peri
Hermeneias). En ellos se estudia el enunciado, esto es, la proposición
susceptible de ser verdadera o falsa. Desde entonces, el hermeneuta asegura el
logos, interpreta el sentido, se pregunta por la /verdad a la que responde el
enunciado y que accede al lenguaje. Sin embargo, en la cultura griega, la
hermenéutica no designa únicamente la dimensión sintáctica y semántica del
lenguaje; se ocupa de la inteligibilidad en todas sus dimensiones, y por ello
incorpora también la pragmática. La hermenéutica estudia también el estilo, en
tanto que habilidad para comunicar o transmitir un sentido. En definitiva, se trata
de un término con el que nos preguntamos por el proceso de la significación,
por el carácter mediador de la inteligibilidad; como expresión o manifestación
externa de una palabra interna, como interpretación de un enunciado que no se
entiende por sí mismo, como traducción de un /lenguaje extraño al lenguaje
familiar.
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